El tabaco, una amenaza real para nuestros océanos
Sí, leíste bien: el tabaco constituye una gran amenaza para nuestros océanos. Más de 7.000 sustancias químicas tóxicas presentes en el tabaco, algunas de ellas potencialmente cancerígenas para el ser humano, impregnan nuestros ecosistemas a lo largo de los doce años que pueden tardar estos pequeños residuos en desintegrarse. Los restos de una única colilla son capaces de contaminar hasta diez mil litros de agua a su paso, según un estudio alemán publicado.
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Es el residuo humano más abundante a escala mundial, el gesto de tirar una colilla al suelo es algo habitual en la conciencia social, aún lejos de la magnitud real de irresponsabilidad ambiental que supone este acto cotidiano.
Colillas en la arena de las playas, flotando en el agua de los ríos o entre los árboles del monte: este residuo es el principal contaminante que encontramos en nuestras playas y océanos y el segundo más abundante en ríos y embalses, según afirma la organización SEO Birdlife.
Las colillas además son consumidas por los animales
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El informe de Ocean Conservancy afirma además que las colillas contaminan los océanos, tanto como los plásticos y que su presencia está por encima de residuos como envoltorios, botellas, tapones y bolsas de plástico. El estudio denuncia además que las colillas no solo contaminan las aguas, también son ingeridas por error por los peces y otros animales. Es decir, el cigarrillo, y no el plástico, es el mayor agente contaminador de los océanos, más que las bolsas de plástico, pajillas, botellas y otros desechos.
“Además del daño a los ecosistemas oceánicos y a los peces, no está de más recordar que el ser humano, después, ingiere esos peces”, afirma la Fundación Aquae.
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La collilla tarda más de 10 años en descomponerse
Vale la pena recordarles a los fumadores, que las colillas de cigarrillos arrojadas a la calle se transportan fácilmente al océano a través de alcantarillas, cloacas, ríos y arroyos. No es difícil, sólo mira de cerca la acera de bares y restaurantes o cerca de paradas de autobuses. Lanzar colillas a través de la ventanilla del automóvil, otra práctica común.
Además la mayoría de cigarros contiene un filtro de acetato de celulosa, un material plástico que puede tardar 10 años en descomponerse. Cuando se desintegran, forman microplásticos que son fácilmente consumidos por animales que viven en el mar. Los investigadores encontraron restos en el 70% de las aves marinas y el 30% de las tortugas marinas.
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Peor que el plástico, Las colillas de cigarro son el mayor contaminante del océano








